Susana, una emprendedora de Fort Worth con raíces en Michoacán, ha transformado su pasión por la repostería en un negocio floreciente. A sus 53 años, dejó atrás su trabajo en limpieza y restaurantes para dedicarse a tiempo completo a Zaileen Treats, una empresa nacida durante la pandemia que se especializa en gelatinas y otros postres.
En esta entrevista, Susana nos comparte cómo sus gelatinas, inspiradas en su madre y abuela, se han convertido en su medio para innovar, enseñar y ayudar a otros. Conoce su historia y las lecciones que ha aprendido en su camino como empresaria.
Entrevista Exclusiva con Susana: El Arte de Emprender con Gelatinas
¿De dónde eres, Susana?
Soy originaria de Michoacán, pero llevo 22 años viviendo en Fort Worth.
¿Y cuántos años tienes?
Tengo 53 años.
¿Cómo se llama tu negocio?
Se llama Zaileen Treats.
¿Cuánto tiempo llevas emprendiendo?
Comencé a emprender durante la pandemia y desde entonces lo hago a tiempo completo.
¿Por qué decidiste emprender tu propio negocio?
Estaba enferma de artritis y enfrentaba problemas en mi trabajo. Me pagaban poco, y mi esposo siempre renegaba porque nunca coincidíamos en horarios. Decidí que era momento de cambiar.
¿Qué hacías antes de ser empresaria?
Trabajaba en limpieza y en restaurantes.
Háblame sobre tu negocio.
En Zaileen Treats hago rice crisps, bombones, fresas con chocolate, cheesecake, postres como arroz con leche y doy clases de gelatina. Empecé con las gelatinas y hago todo desde cero, utilizando ingredientes naturales.
¿De dónde nació tu interés por las gelatinas?
Desde que mi madre vivía en México, en paz descanse. Ella y mi abuela tenían un restaurante, y mi madre hacía gelatinas. Me encanta dar clases de gelatina, me siento muy orgullosa de eso. Tomo clases en Zoom para seguir innovando. Tengo muchos proyectos.
¿Cómo te sientes cuando estás haciendo tus gelatinas?
Me siento como Alicia en el País de las Maravillas. Me gusta darle vida a cada gelatina, con toques especiales, elegantes y cuidando cada detalle. Me encanta jugar con los frutos rojos y la menta, encontrar un equilibrio perfecto.
¿Cuántas gelatinas haces por día?
Hago entre 8 y 10 gelatinas por día, o me la paso dando clases. Los lunes doy clases en un centro comunitario de 10am a 12pm, es un espacio para gente que quiere iniciar pequeños negocios. Los miércoles, viernes y domingos doy clases en mi casa.
¿Me podrías decir todo lo que haces en un día normal? Y cuando digo todo, es todo, entre más detalles, mejor.
Me despierto a las 5:45 a.m., hago mi rutina personal y levanto a mi niño. A las 6:25 salimos de casa y a las 7:10 ya estoy de vuelta. Me tomo mi café y empiezo a ver videos de clases, agendo cosas, hablo con personas y preparo las gelatinas pendientes. Luego hago la lista de compras y las realizo. A la 1:50 p.m. voy a recoger a mi niño a la escuela y después le doy de comer. Entre las 3:10 y 6:30 p.m. hacemos tarea, cenamos y luego toca baño y a dormir.
Tengo cinco hijos y siete nietos. Dos de mis hijos aún viven en casa, uno de 19 años y otro de 7.
¿Cuál es tu parte favorita del día?
Cuando llega mi hijo de la escuela y comemos juntos, y cuando le ayudo a hacer la tarea. También cuando me levanto y le doy gracias a Dios por poder ayudar a los demás.
¿Y tu parte menos favorita?
Cuando tengo que lavar los trastes.
¿Cuáles son tus desafíos más grandes?
Uno de mis desafíos es que mientras voy trabajando, también voy ensuciando, y eso significa que debo lavar constantemente.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido como empresaria?
He aprendido que siempre debemos ser humildes y ayudar cuando podemos. Es muy importante apoyar a los demás, todos necesitamos un empujón para salir adelante y valorar a las personas que tenemos a nuestro alrededor. A veces Dios te pone personas en tu camino justo cuando las necesitas.
¿Qué consejo le darías a otras mujeres emprendedoras?
No se dejen caer. A todas las chicas a las que les doy clases, las animo. Es difícil porque a veces, cuando empiezas, quieres todo de inmediato, pero poquito a poquito se crece. Hagan su trabajo bien, y las recomendaciones llegarán. Me siento orgullosa de mis estudiantes, verlos tener éxito es el mejor regalo.
Nunca pensé llegar a ser tan conocida. Al principio trabajaba cada ocho días, pero después me organicé mejor. Siempre me ha gustado ayudar a las personas, y me da gusto cuando encuentras lugares como JUST, que te apoyan y no te dejan caer. Con mi grupo soy muy bendecida; es un apoyo mutuo.