Tenemos la creencia de que entre más mayores nos hacemos, es menos factible poder aprender nuevas cosas. Incluso, podemos llegar a pensar que a cierta edad nuestro cerebro se queda estancado y ya no es posible adquirir más conocimientos.
Sin embargo, esto es solo una creencia. El aprendizaje que obtengas dependerá solo de la mentalidad que tengas en esta etapa de tu vida. Con este artículo aprenderás a dejar a un lado la mentalidad fija y a desarrollar una mentalidad de crecimiento que te permita evolucionar como persona, líder y emprendedora.
Tienes este tipo de mentalidad cuando crees que tus habilidades son innatas, que lo únicos talentos que tienes son los que se te dieron bien desde el nacimiento o desde que tienes memoria. Te cuestan los cambios y le tienes miedo a fracasar cuando enfrentas un nuevo reto, porque estás cómoda en tu zona de confort y con los retos a los que estás acostumbrada a enfrentarte. Normalmente, huyes de nuevos desafíos, los ignoras o los dejas pasar para no tener que buscar un solución disruptiva o un nuevo enfoque para solucionarlos.
Las personas con mentalidad de crecimiento ven los nuevos retos a los que se enfrentan como un desafío o una nueva oportunidad para hacer las cosas de diferente manera. Tienen la firme creencia de que aunque no tengan la solución a mano en el momento en que se presenta un cambio o problema, pueden aprender cómo solucionarlo pidiendo ayuda o investigando por su propia cuenta cómo hacerlo.
Para identificar qué tipo de mentalidad tienes es importante saber cómo le haces frente a los desafíos que se te presentan o se te han presentado en el pasado.
Por lo tanto, cuando llega un cambio importante a tu vida ¿usas la misma estrategia de siempre para hacerle frente? O por el contrario, ¿evalúas de qué manera podrías obtener un mejor resultado?
Cuando tienes un problema del que desconoces la solución ¿Te quejas constantemente y te quedas estancada? O por el contrario, ¿intentas buscar una solución aunque implique aprender algo nuevo?
Cuando te preguntan por tus talentos o habilidades ¿Siempre mencionas las únicas tres o cinco cosas en las que te consideras buena y los has sido desde siempre? O por el contrario, ¿mencionas tus fortalezas y haces énfasis en que sigues aprendiendo cada día para mejorar otras habilidades?
Al responder las preguntas que te planteamos con anterioridad ya te podrás hacer una idea de qué mentalidad tienes y si sería beneficioso para tu vida hacer un cambio en tus pensamientos.
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Cuando nos enfocamos en buscar una solución, antes de abrumarnos por el tamaño de nuestros problemas, nos estamos enfocando en lo que podríamos hacer. Es decir, estamos tomando acción en vez de quedarnos estancadas y opacadas por nuestros pensamientos, que en muchas ocasiones son negativos y vienen cargados de mucha culpa.
Por lo tanto, al ver que al menos estamos intentando buscar un camino para solucionar un reto, a la vez estamos incrementando nuestra autoestima, estimulando nuestro desarrollo cognitivo y aprendiendo de un proceso que en un principio podría parecer complicado, pero que con el tiempo podemos llegar a dominar si nos esforzamos.
La mentalidad de crecimiento consiste en identificar nuestros problemas de manera asertiva e intentar encontrarles una solución, por más imposible que pueda parecer en un principio. Esto evita que nos quedemos estancadas en el problema y motiva el aprendizaje de nuevos conocimientos en el camino.
El primer paso para desarrollar una mentalidad de crecimiento es identificar nuestros problemas como nuevas oportunidades para desarrollar nuestras habilidades, y no cómo potenciales situaciones de fracaso. Porque sí, es muy probable que lleguemos a cometer errores, pero es allí precisamente donde encontraremos el aprendizaje que nos ayudará a crecer como personas.
Otra manera de desarrollar esta mentalidad, es ser conscientes de que no lo sabemos todo y que en muchas ocasiones necesitaremos de una persona experimentada que nos guíe para encontrar la respuesta, la clave es tener en cuenta que si no estamos abiertas a recibir esa ayuda y esa guía en nuestra vida, nadie podrá apoyarnos en ese sentido.
Por último, es relevante aprender a respetar y defender nuestras propias ideas y proyectos, en especial cuando consideramos que tienen un gran potencial de proyección al futuro y que pueden ayudar a la sociedad, sin cerrarnos a las posibles opiniones constructivas de personas expertas que ya han transitado el camino que queremos tomar.
En conclusión, la mentalidad de crecimiento puede ser una gran aliada cuando nos sentimos estancadas con algún proyecto o problema, tanto en lo personal como en tu negocio, y queremos tomar acción para encontrar soluciones que tal vez no son tan evidentes desde nuestro punto de partida. Recuerda, ¡lo importante siempre es intentarlo!