El dinero se ha convertido en un tabú, e irónicamente, es lo que más usamos en nuestro día a día.
Mucha gente se incomoda al tener que hablar sobre temas financieros, pero es imposible huir de esto pues lo requieres para casi todo en la vida. Por ello, para mejorar nuestro día a día, es necesario cambiar el chip y comenzar a trabajar la mentalidad que tenemos sobre el dinero.
Como todo lo que conforma nuestra personalidad e ideología, esta perspectiva la hemos ido creando desde pequeños, absorbiendo lo que vemos en el entorno, lo que llegamos a conocer gracias a la educación y las experiencias personales. Lamentablemente, esto puede estar sesgado por la ciudad donde vivimos y las personas con las que interactuamos a diario.
Por eso, muchas veces llevamos grabado en la mente frases negativas sobre el dinero como:
- Todo está muy caro.
- No me alcanza para nada.
- El salario no rinde.
- Necesito mucho para ser feliz.
- El dinero se hizo para gastar.
- Las deudas son malas.
- Nunca podré comprar lo que tienen los ricos.
- El dinero es la raíz de mis problemas.
- Es muy confuso y prefiero no tentar a la suerte.
Todas estas te crean un temor sobre todo lo que se refiere a la economía personal causando incertidumbre, preocupación y hasta frustración, porque crecemos viendo el vaso medio vacío y con la idea de que no tenemos lo suficiente para ser felices.
Entonces, ¿cómo puedo cambiar mi mentalidad sobre el dinero?
Como cualquier otro pensamiento erróneo, es posible reconfigurarnos para desaprenderlo y volver a hacerlo y, en estos casos, el primer paso es reconocer lo que sé, lo que no sé y lo que quiero saber. Esto implica echarnos un viaje al pasado para comenzar a analizar lo que fuimos adquiriendo al crecer.
Y es que, no hace falta que hayamos escuchado frases negativas en el entorno, también puede ser que el ver a nuestros padres constantemente estresados o tratando de ocultarnos información sobre las deudas y las finanzas, se tradujera en un temor interno y la idea de que es algo turbio y muy complicado.
Una vez que hemos hecho ese viaje de introspección y aceptado cuál es nuestra actual relación con el dinero, si negativa o positiva, podemos comenzar a trabajar con otros ejercicios.
El primer paso: edúcate
Tranquila, no temas, no significa que debas inscribirte nuevamente a una institución y comenzar a tomar clases, sino simplemente buscar herramientas que te ayuden a comprender mejor cómo funciona todo. Aunque parezca algo aburrido, en ocasiones es necesario comenzar desde lo más básico como el entender los presupuestos, los gastos y los ahorros.
Para lograrlo puedes tomar algunos talleres, acudir a seminarios, comprar libros, unirte a una comunidad de apoyo o incluso investigar un poco en Internet. Notarás que la educación financiera te ayudará a perder el miedo y volverte más segura.
Rodéate de las personas adecuadas
Lo que escuchas, ves y vives tiene una gran influencia en tu manera de pensar, ya sea para bien o para mal. Así que algo muy importante es comenzar a frecuentar ambientes positivos, lo que no significa que debas dejar a tus amistades o familiares, sino conocer también a gente de otros lugares o con otras ideas para que puedas ir conociendo cosas nuevas.
Ser parte de una comunidad también te servirá como apoyo para resolver tus dudas o inspiración para seguir caminando hacia tus metas e incluso para establecer objetivos que tal vez nunca creíste que podrías alcanzar. ¿Has escuchado sobre nuestra comunidad de JETAS?
Cambia el "NO" por un "CÓMO"
El poder de la mente es tan grande que puede dictar el futuro con solo un pensamiento. Decirnos "no puedo", "no me alcanza", "no tengo", "no sé" o "no puedo", tiene la capacidad de establecer límites para nosotros mismos donde no los hay.
Una herramienta fácil para transformar este tipo de afirmaciones es cambiándolas por preguntas.
Por ejemplo, si tu sueño es tener tu propio negocio o estabilidad financiera, pero constantemente piensas que te hace falta tiempo o dinero para empezar a hacerlo, en lugar de esto empieza a preguntarte qué es lo que en realidad necesitas y cómo podrías obtenerlo. De esta forma, encontrarás soluciones en lugar de obstáculos e incluso podrías enseñar a quienes te rodean una forma distinta de ver la realidad, donde tienes el poder de cambiarla.
Enfócate en lo que tienes
Estar constantemente imaginando lo feliz que serías si tuvieras otra cosa, si ganaras más dinero o si fueras otra persona hará que tus días sean más tristes, puesto que suele hacer que reniegues o no veas el valor de lo que tienes ahora.
Por eso es muy importante conocer nuestras capacidades, tanto personales como económicas, y a partir de ahí ver hacia dónde queremos ir y cómo aprovechar lo que posees para llegar a donde tanto anhelas.
Notarás que cuando empieces a valorar todo lo que tienes, empezarás a ser más feliz.
Recuerda que el dinero no lo es todo
En ocasiones pensamos que la felicidad o la tristeza vienen directamente de las cosas materiales. Que si alguien tiene riqueza seguramente su vida será fácil y llena de alegrías; mientras que si no posees una enorme fortuna estás destinada a las penas y la incertidumbre.
Lamentablemente, esto se convierte en una llama que puede consumir tu cabeza y evitar que disfrutes o que crees hábitos financieros poco saludables como no ahorrar, gastar de más, adquirir deudas para aparentar un estilo de vida, etc.
Sin embargo, es muy importante recordar que la felicidad no la encontrarás en los objetos materiales o en algo que puedas comprar, sino en las personas y las experiencias.
No te olvides de agradecer
Apreciar lo que tienes te permitirá consolidarte en el presente e ir descubriendo nuevas cosas de ti misma.
Una excelente manera de fomentar esto es con los diarios de agradecimiento, en los cuales puedes escribir todas las mañanas una cosa por la que te sientas agradecida, una cualidad tuya y una felicitación por algo que hayas logrado en el día anterior.
Aunque parece fácil, a veces cuesta reconocer las capacidades y cosas buenas de uno mismo, por lo que esta práctica te irá abriendo los ojos para descubrir tu verdadero potencial.
Finalmente, para hacer que estos cambios en tu mentalidad sobre el dinero se vuelvan efectivos hay que pasarlos de pensamientos a hábitos, con pequeñas acciones como llevar un control de tus finanzas, pensar en inversiones, ahorrar para el retiro, empezar tu negocio, o simplemente comenzar a ahorrar.