Cuando hablamos de educar financieramente a nuestros hijos, es fácil pensar en ahorro como primera opción. No está mal, saber guardar dinero es fundamental en una sociedad basada en consumo, pero no lo es todo.
Hay otros factores importantes a destacar en nuestra la relación con las finanzas, que al final nos llevarán a tomar decisiones inteligentes. Es conveniente hablar de actitudes, hábitos, valores, comportamientos económicos, bienestar y mentalidad de crecimiento.Pero comencemos por lo más básico.
¿Por qué hablarles de dinero a nuestros hijos?
Como ya mencionamos, vivimos en una sociedad consumista, que te obliga a producir para gastar. Un círculo inevitable al que todos entramos, y muchos, lamentablemente nos comenzamos a preparar para afrontarlo demasiado tarde.
La educación financiera debe comenzar desde temprana edad para niños y niñas, y en muchas familias no pasa así. Como resultado de esto, nuestros hijos, al llegar a la vida productiva, no se encuentran lo suficientement preparados para llevar un estilo de vida financieramente saludable.
Puedes comenzar por enseñarles a tener una mentalidad de crecimiento desde pequeñitos. Si quieres algunos tips para hacerlo, te dejamos este artículo: Mentalidad fija vs. Mentalidad de crecimiento.
Entonces, ¿cómo les hablamos de dinero?
Predica con el ejemplo: demuestra hábitos financieros saludables
Dar el ejemplo siempre será la mejor referencia para la educación de los niños, evidentemente eso requiere que también nuestros hábitos financieros sean saludables y responsables. Esto no quiere decir que si estamos atravesando un mal momento se deba ocultar la realidad.
Utiliza juegos y actividades divertidas para hablar de dinero
No hay una edad perfecta para comenzar a relacionarlos con estos temas, pero existen juegos y actividades que nos permitirán hacerlo desde edades muy tempranas. Lo importante educarles para que comprendan el valor de las cosas y en señarles a ser responsables.
Contar historias en una charla distendida, por ejemplo, es una gran manera de conectar con los niños. Hablar de esos momentos que marcaron nuestra infancia o pasado, es una vía para transmitir conocimiento, incluso esos momentos difíciles que enfrentamos y nos sirvieron de impulso para dar un salto en nuestro crecimiento personal y económico. Recordemos que los hábitos y valores también son factores clave en este proceso.
También existen muchos juegos en familia que pueden funcionar muy bien a la hora de enseñar finanzas a los más pequeños, como el Monopoly, una excelente alternativa para aprender de inversión, ahorro, ingresos pasivos, deudas, gastos e incluso, imprevistos.
Otras técnicas que pueden servirte para hablar con los niños sobre el dinero
- Explícales cómo se genera el dinero: habla con ellos y cuéntales el esfuerzo que hay detrás de cada tarea que realizas para generar ingresos.
- Utiliza el método de la mesada: entrégales de manera semanal o mensual una pequeña cantidad de dinero que les permita aprender a gestionar su capital.
- Enséñales a trazarse metas y ahorrar: cuando quieran algo, ayúdalos a conseguirlo por sí mismos. Ahorrar parte de su mesada para invertirlo en algo que deseen mucho será una gran enseñanza.
- Háblales de presupuesto: distribuir lo que reciben, ahorrar e invertirlo basado en sus metas será una herramienta fundamental para su futuro.
- Enséñales a ahorrar para imprevistos: guardar dinero para comprar algo que los niños quieran conseguir es una gran enseñanza, pero lo será a mayor nivel si también le explicas que, en ocasiones, pasan cosas que no estaban planificadas y la importancia de siempre estar preparados económicamente para afrontarlas.
La diferencia entre necesidad y deseo
Es muy importante que desde pequeños les enseñemos la diferencia entre necesidades y antojos: las primeras cubren lo fundamental, como los alimentos, la ropa o la salud, mientras que un capricho es algo que, aunque puede ser importante, puede ser prescindible.
Aquí es importante enseñarles a diferenciar tres conceptos básicos: ahorrar, gastar e invertir.
Ahorrar, gastar e invertir
Ahorrar es básicamente es separar una parte de lo que recibes y guardarlo para no gastarlo.
Gastar es hacernos con un bien, es decir, comprar o pagar algo, en otras palabras, lo que te saca dinero de tu bolsillo.
Invertir es diferente, en este caso das tu dinero a cambio de algo que te genera un beneficio, no necesariamente económico, también inviertes en tu bienestar, por ejemplo.
Trazar metas es esencial para alcanzar objetivos de ahorro e inversión, como por ejemplo, crear un fondo de emergencia. Si quieres aprender cómo hacerlo, aquí te dejamos nuestra Guía para crear un fondo de emergencia usando las METAS JUST.
Hablar de dinero con niños y niñas no es solo cuestión de números
Beth Kobliner, autora del libro Make Your Kid A Money Genius, destaca en su obra que darle a tus niños tres alcancías diferentes puede ser de gran ayuda. Una para utilizarla con el fin de ahorrar, la segunda para gastar y la tercera para donar. Estableciendo unas metas claras y unas cantidades definidas, los niños tendrían claro qué pueden comprar, para qué quieren ahorrar y qué causa les gustaría apoyar. De esta manera le damos una gran enseñanza para su futuro.
La educación financiera va mucho más allá de gastos y ahorros. Sentar unas buenas bases en nuestros hijos implica hablar de bienestar y tranquilidad, de valores como la honestidad y responsabilidad, que se ponen en práctica con acciones tan básicas como cuidar sus propios juguetes. Ser cumplidos y puntuales, ser generosos, compartir y tener visión. Desarrollar actitudes positivas y de prosperidad como el agradecimiento también tiene una incidencia favorable en su actitud hacia sus finanzas.
La educación que se recibe en casa es un pilar fundamental en la visión económica y del mundo en el futuro de tus hijos.